Mitos y Leyendas de Vichuquén
La Llorona
Cuenta la leyenda que cerca del lago, en el fundo Totorilla, vivía un señor muy rico que era el dueño del fundo.
Este señor era casado y tenía una hija la cual se enamoró de uno de los trabajadores; a pesar de que su padre le tenía prohibido hacer amistad con alguno de sus empleados.
La joven inicia un romance a escondidas de su padre con uno de los trabajadores, y de esta relación trajo como consecuencia el nacimiento de una guagua.
El padre de la joven , al enterarse de la noticia, mató al recién nacido y la joven madre murió de pena.
Es por eso que muchos vichuqueninos, por las noches, sienten el llanto de una mujer que camina por las calles del pueblo, todos saben que no la pueden ayudar, ya que es la joven madre que busca desesperadamente a su hijo.
La Poza del encanto
Cuentan nuestros antepasados que los brujos de Uraco, Vichuquén y Trilahue, encontraron una quebrada de hermosa vegetación y una poza profunda y la convirtieron en un palacio encantado.
En ese lugar los brujos se reunían para practicar sus hechicerías o celebrar fiestas.
Un día un brujo dijo que todo palacios tiene una reina; entonces, cuando en Concavén nació una niña hermosa, de ojos negros y cabellos dorados; la robaron y la llevaron al palacio, y le pusieron una corona de piedras preciosas.
Al pasar los años la princesita creció y un joven lugareño que cuidaba cabras en ese lugar, al ver a la hermosa niña de cabellos dorados, se enamora y quiso sacarla de allí; pero los brujos lo engañan y la joven desaparece del lugar.
El joven enloqueció de amor y andaba por los cerros buscando a su enamorada, cuando vio a una niña vestida de blanco y pensó que era su enamorada. Ella se metió al pozo y él con los ojos de enamorados se lanzó a la
poza sin saber que era una bruja, el joven muere ahogado.
Cuentan los lugareños que en las noches de luna llena se sienten gritos de un hombre llamando a su enamorada.
Hoy la poza del encanto es visitada por turistas y curiosos que con admiración observan la cama con la almohada que pertenecía a la princesa, también el mirador donde la joven a se peinaba y tomaba el sol. Antes eran de oro pero los hechiceros lamentablemente los convirtieron en roca

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